¿TE GUSTARÍA VOLVER A SENTIR UNA VIDA PLENA PERO CREES QUE YA NO PUEDES VOLVER A SER LA MISMA PERSONA QUE ANTES?

Yo, como tu, me he sentido diferente. He sentido que mi vida no tenía ningún sentido, no encontraba el motivo para levantarme cada mañana. Aun así lo seguía haciendo por inercia, con el piloto automático, sin ser, ni estar, ni sentir lo que pasaba a mi alrededor. También he caminado por la calle y he sentido como me miraban, señalan con el dedo o cuchicheaban al pasar. 

En mi caso no fue un daño cerebral lo que cambió mi vida e hizo que me la replanteara. Fue el fallecimiento repentino de mi abuelo y el posterior cáncer de mi madre. Esto hizo que me planteara si la vida que estaba viviendo hasta ahora me llenaba. Empecé a cuestionarme cómo había llegado hasta aquí, si la culpa de todo lo que me había pasado era mía y cómo podía volver a encontrar el sentido para seguir aquí, viva. 

Yo sola no pude hacerlo y decidí ir a terapia y empezar el camino del autoconocimiento. Fue la primera decisión que tomé y la que me cambió la vida para siempre. Ha sido un proceso lento, doloroso pero bonito y gratificante. Me ha ayudado, a lo que yo llamo, el despertar. Darme cuenta de donde vengo, como he llegado hasta aquí y encontrar un sentido nuevo a mi vida. Ahora puedo sentir, ser y estar. 

Gracias a esta experiencia y mi profesión puedo comprender la situación por la que están pasando las personas a las que acompaño y sus familias, acompañarles en la pérdida de proyectos, frustraciones y ayudarles a entender su nueva situación. La terapia y el acompañamiento desde la comprensión y la ternura que yo recibí me han ayudado a retomar y decidir la vida que quiero tener.